Antes del descanso del verano, cuando estamos a punto de cumplir dos años y medio de vida, queremos mirar atrás y hacer balance de nuestros logros recientes.
La verdad es que, a pesar de las grandes dificultades, de que los comienzos son áridos, de que el camino inicial es duro y lo estamos haciendo en medio de una crisis económica de proporciones históricas, a pesar de todo eso, estamos satisfechos y contentos. Y lo estamos, no porque seamos unos ilusos, sino porque ya tenemos en marcha dos objetivos fundamentales: por un lado, el área de empleo, y, por otro, la asistencia a nuestros usuarios, asistencia personal permanente que abarca todos los aspectos de su vida.
El área laboral está funcionando de momento con un convenio que firmamos en 2012 con la Agencia de Empleo del Ayuntamiento de Madrid, si bien en el futuro nosotros queremos tener nuestro propio centro de empleo. En este momento varios usuarios de nuestra Fundación están en Programas de Formación en Alternancia adquiriendo habilidades técnicas y destrezas laborales, con prácticas en empresas retribuidas y con alta en la Seguridad Social.
El Proyecto de Vida Independiente para personas adultas con Síndrome de Asperger se inició el pasado mes de marzo. Este ambicioso proyecto es el resultado de un convenio con la Fundación Universidad Autónoma de Madrid y su Centro de Psicología Aplicada, uno de los centros más avanzados en conocimiento del autismo en España.
En este momento la experiencia funciona a modo de proyecto piloto, encaminado a estudiar y preparar el modelo de asistencia personal que necesitan los adultos con Trastorno del Espectro Autista de alto funcionamiento. Actualmente 14 adultos con TEA, entre los 18 y los 38 años, están recibiendo atención personalizada, muy flexible y adaptada a cada caso particular, como demanda la condición del autismo. Los asistentes del CPA trabajan con ellos en locales de la Universidad Autónoma y están en contacto con los entornos cotidianos de los usuarios: el centro de estudios, el trabajo, la Agencia de Empleo del Ayuntamiento, los médicos que les atienden, etc.
La Fundación es un modelo solidario que responde mejor al principio de perdurabilidad en sus objetivos que el modelo de las asociaciones, que están sujetas a los criterios de las mayorías en sus asambleas. La razón de una Fundación es que la voluntad de los fundadores y el fin fundacional es inamovible a lo largo del tiempo. El principio rector es que los proyectos de la FAR se financian con los derechos de sus usuarios, que garantizan su viabilidad, sin depender de subvenciones coyunturales. Otra fuente de ingresos proviene de los «Amigos de la FAR», personas que apoyan el proyecto con pequeñas aportaciones económicas.
Otro logro es que contamos ya con un local cedido por el Ayuntamiento de Madrid por un periodo de 10 años, mediante el sistema de concesión administrativa, sin coste, salvo el que requiera la adaptación del local. Se encuentra en una zona próxima al Palacio de Hielo, y las obras comenzarán en breve.
Y estas son las razones de nuestra satisfacción; la Fundación Ángel Rivière no sólo cuenta con proyectos e ilusiones, sino que ya tiene un contenido muy concreto, está funcionando ya en la realidad. Tenemos la convicción de estar abriendo brecha en la atención a las personas adultas con autismo de alto funcionamiento en España, que hasta ahora han sido «invisibles» en nuestro país. Próximos pasos: creación de pisos piloto para nuestros usuarios.